miércoles, 20 de febrero de 2013

Ana María de Soto

ANA MARÍA DE SOTO

A. Casas

         El 26 de marzo de 1793 causa alta como marinero voluntario, y por seis años, el joven de dieciséis años de edad que dice llamarse Antonio María de Soto, hijo de Tomás y de Gertrudis de Aljama, y natural de la villa de Aguilar, perteneciente al obispado de Córdoba. Hecho el asiento reglamentario, es destinado a la 6ª Compañía, 11 Batallón de Marina. Los Batallones de Marina constituyen el Cuerpo de Infantería de la Marina fundado por Carlos I en 1573 con el nombre de Infantería de la Armada. Con motivo de la guerra con Francia, el 4 de Enero de 1794, Soto se embarcó en la fragata Mercedes, de 34 cañones, realizando diversas campañas de escolta y vigilancia de las costas españolas para, finalmente, dirigirse a Rosas, sitiada por los franceses que acababan de conquistar Figueras sin encontrar resistencia. A la llegada y con la protección artillera de la flota de Gravina, el batallón de Soto desembarcó uniéndose al grupo de soldados que, heroicamente, defendían la plaza, hasta que la situación se hizo insostenible teniendo que retirarse y reembarcar nuevamente, dirigiendo Gravina la evacuación. En esta su primera acción militar, destacó por su valor y sacrificio.
   En 1796, la Mercedes  fue asignada a la flota de don Juan de Lángara hasta que, declarada la guerra a Inglaterra, se unió a la escuadra bajo el mando del teniente general don José de Córdoba y Ramos que enarbolaba su insignia en el Santisima Trinidad, el mayor barco del mundo, de 130 cañones y el único de cuatro puentes; la escuadra zarpó de Cartagena el 1 de febrero de 1797 para  enfrentarse a la inglesa mandada por el almirante sir John Jervis y en la que figuraba el navío Captain mandado por el comodoro Nelson. Ambas se encontraron el 14 de febrero de 1797 a la altura del cabo San Vicente, sin que además de otras graves deficiencias y errores, la española nunca logró estar debidamente formada en línea de combate, causas principales del desastre naval que nos costó la pérdida de varios navíos, unos 300 muertos, alrededor de 1500 heridos y 3000 prisioneros, mientras los ingleses sólo tuvieron 75 muertos y 325 heridos aproximadamente. Los restos de la escuadra pudo refugiarse en Cádiz, donde se procedió a las carena de los navíos más perjudicados, entre ellos la fragata Mercedes, aunque no consta que sufriera bajas. Jervis fue premiado con el título de Conde de San Vicente y Nelson fue ascendido a Contralmirante, mientras que Córdoba fue inhabilitado y privado de su cargo, restituyéndose en la mando de la armada a Mazarredo que, una vez rearmados los navíos, levantó el cerco de Cádiz que sostenía Jervis. En estas acciones intervino Soto como infante de la Mercedes, que al ser enviada en febrero de 1798 con tropas a Venezuela, su batallón fue embarcado en la fragata Matilde que también había intervenido en la batalla del cabo San Vicente; pero apenas incorporado, Soto fue atacado por unas fiebres altísimas que requirieron un concienzudo reconocimiento médico, durante el cual, inevitablemente, afloró la condición de su verdadera naturaleza, descubriéndose con sorpresa que se trataba de una mujer, situación que la obligó a declarar que su verdadero nombre era Ana María Antonia de Soto. Enviado el preceptivo informe a las autoridades de la Marina, y una vez curada del mal que padecía, el almirante Mazarredo ordenó el 7 de Julio de 1798 su inmediato desembarco, a la espera de lo que, al respecto, dispusiera Su Majestad Carlos IV sobre caso tan singular que por primera vez se daba en la historia de la Infantería de la Marina Española, consignándose en el despacho que en el tiempo que ha servido se ha hallado en el ataque de Bañuls, en Cataluña, en la defensa y abandono de Rosas y en el combate naval del día 14 de febrero de 1797, como en diferentes acciones de las lanchas cañoneras y demás fuerzas sutiles de Cádiz contra los ataques de los enemigos.
A la vista de la brillante hoja de servicios que avalaba su historial militar, se dictó una Real Orden por la que: Con esta fecha digo al Comandante General de la escuadra del Océano D. José de Mazarredo lo siguiente: Habiendo dado cuenta al Rey de cuanto V.E. en carta del 13 del presente mes, que trata sobre lo acontecido con Ana María de Soto, que ha servido bajo el nombre de Antonio, de soldado en la 6ª compañía del 11º batallón de Marina; y enterado S. M. de la heroicidad de esta mujer, la acrisolada conducta y singulares costumbres con que se ha comportado durante el tiempo de sus apreciables servicios, ha venido en concederla dos reales de vellón diarios por vía de pensión, y al mismo tiempo, que en los trajes propios de su sexo pueda usar de los colores del uniforme de Marina como distintivo militar. Lo que prevengo a V.S. de orden del Rey para su cumplimiento en la parte que le toca, y ruego á Dios le guarde muchos años. Madrid 24 de Julio de 1798.- Juan de Lángara.
El 1 de Agosto de 1798, se le dispensa licencia absoluta, y el 4 de Diciembre de ese mismo año, por Real Orden, se la asciende a grado y sueldo de sargento primero para que pueda atender a sus padres.
   Corren tiempos difíciles en España, y en 1813 Ana María reclama su paga de sargento que no se le abona desde 1808, y de remate, en 1819 Hacienda le retira la licencia de un estanco de tabacos que administraba en Montilla, en virtud de que no puede disfrutar de dos sueldos del Estado.
   Lo dijo Alfonso Fernández Coronel (s. XIV): Esta es Castilla que face los homes e los gasta…

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